sábado, 29 de enero de 2011

Entrevista en ABC a la Asociación de Funcionarios del Estado

Son la élite de la Administración y ahora rompen su silencio en ABC para defenderse tras los recortes de Zapatero 


PALOMA CERVILLA | MADRID
Los funcionarios no son el problema, sino una mala política administrativa que ha permitido el enchufismo, el abuso de la contratación directa y la consultoría y que ha terminado por «quitar de las manos» el trabajo a los funcionarios públicos, duplicando un gasto que ahora hay que recortar. Esa es la conclusión a la que llega el vicepresidente de la Federación de Asociaciones de los Cuerpos de la Administración General del Estado, Rafael Coloma.

-¿Por qué se ha llegado a esta situación?
-Nosotros no nos negamos a hacer un sacrificio para salir de esta situación, pero el verdadero problema de la Administración no es nuestro sueldo sino que existe una estructura administrativa mal hecha y, además, el plan de recortes nos parece improvisado. Hay un enorme grado de solapamiento en las administraciones españoles (central, autonómica y local), que hacen lo mismo. Este es un problema, agravado porque la gestión a nivel autonómico y local es mucho más liberal, con menos control, de manera que se gasta mucho más, con objetivos menos claros y con una auditoría prácticamente inexistente.

-¿Se refiere a que se ha engordado la Función Pública a base de enchufes?
-Existe una estructura administrativa superlativa que está hecha para escapar del control de la Intervención, para saltarse la ley de contratos, no nos engañemos. Todas estas empresillas públicas, que pueden hacer cosas tan nimias como recoger la basura, y que escapan del control. La gestión de estas empresas es menos responsable y te sirve para contratar a todos. Los nidos de corrupción en España están a nivel local y autonómico, donde la administración no es profesional. A nivel local, más de un noventa por ciento no son cuerpos profesionales, sino contratados y gente de partido.

-¿Se ha dejado de lado a los funcionarios y se ha contratado gente de partido?
-Sí, rotundamente. La Administración ya no es un órgano independiente que respeta el mérito y la capacidad sino que cada vez más se ha convertido en un órgano de partido, del que sea, porque no les interesa una función pública independiente y profesional. Es un problema que se ha agravado con este Gobierno porque se ha permitido que ayuntamientos y autonomías hagan lo que quieran sin ningún control.

-¿El Gobierno no ha hecho nada para impedir esta situación y ha devaluado la Función Pública?
-Siempre hemos tenido claro lo que sucedía, pero como antes había dinero, no importaba. Se ha potenciado la subcontratación innecesaria, hay casos claros de enchufes en la contratación de personal y de consultoras. Los políticos han permitido una dejación de responsabilidades de la administración en favor de las empresas privadas. Es un problema de la clase política, que se ha acostumbrado a tener unos cargos de confianza que no han demostrado ni el mérito ni la capacidad. No han pasado por unas oposiciones y no pueden ser independientes. Las subcontratas y enchufados nos quitan el trabajo de las manos. Se ha abusado de la consultoría y de la contratación directa, cuando hay funcionarios con una preparación enorme.

-¿Se podía haber evitado? ¿No ha dado el Gobierno un ejemplo de austeridad?
-Los funcionarios tenemos mucho que mejorar, pero se erra el tiro. No quiero que se dé una imagen de que defiendo unos privilegios, pero nosotros somos unas víctimas más de una gestión que ha sido errónea. Ningún Gobierno es austero. En este país nos hemos acostumbrado a vivir del dinero públicos y cuando se ha dicho que esto era insostenible ha dado igual porque había dinero. La financiación pública ha creado unas dependencias mayores que la privada y ha habido una perversión del sistema.